El Open de Australia y su ingeniosa solución legal para retransmitir eventos deportivos

El Open de Australia ha sorprendido al mundo deportivo con una innovadora estrategia para sortear las restricciones legales en la retransmisión de eventos de los cuales no posee los derechos exclusivos.

Este viernes, los seguidores del canal oficial de YouTube del torneo quedaron perplejos al encontrar partidos emitidos en directo. Sin embargo, la verdadera sorpresa llegó al descubrir que los jugadores no aparecían como tal, sino representados por animaciones tridimensionales que simulaban sus movimientos y gestos con gran detalle.

Como ocurre con la mayoría de los eventos deportivos de renombre, los derechos de retransmisión del Open de Australia están en manos de terceros; en este caso, Eurosport. Esto prohíbe a Tennis Australia emitir los partidos en directo a través de sus propios canales. Sin embargo, la Convención de Roma permite utilizar transmisiones sin autorización siempre que se incorporen modificaciones significativas que transformen el contenido original.

Aprovechando esta premisa, el Open de Australia ha recurrido a la inteligencia artificial para crear una experiencia única. Las animaciones tridimensionales de los jugadores reproducen sus gestos característicos, como los rituales previos al saque de Carlos Alcaraz o las pausas de Novak Djokovic para secarse el rostro. Además, se mantienen elementos clave de la atmósfera del partido, como los sonidos del público, los comentarios y las decisiones arbitrales, lo que refuerza la sensación de inmersión.

La implementación de esta tecnología requiere un despliegue técnico considerable: doce cámaras estratégicamente ubicadas alrededor de la pista capturan los movimientos de los jugadores, rastreando veintinueve puntos del cuerpo para traducirlos en acciones de los personajes 3D. Sin embargo, este proceso introduce un ligero desfase temporal, ya que los datos necesitan aproximadamente dos minutos para ser procesados y transmitidos. Por tanto, la emisión no es exactamente en tiempo real, pero se acerca lo suficiente como para ofrecer una experiencia dinámica y entretenida.

Esta solución muestra una posible innovación en el ámbito de los derechos de transmisión. Es posible que, en el futuro, eventos deportivos y mediáticos adopten formatos similares para ofrecer versiones gratuitas o modificadas al público, mientras reservan las emisiones originales sin alteraciones para suscriptores o plataformas de pago. Y, aunque esta tecnología aún no es perfecta, el Open de Australia ha demostrado que es posible innovar dentro de los límites legales, brindando una nueva forma de disfrutar el deporte que podría redefinir el panorama de las retransmisiones en los próximos años.

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