A finales de marzo se ha producido la aprobación en el estado de Utah de la ley de Inteligencia Artificial, conocida como Ley de IA que entrará en vigor el 1 de mayo. Esta ley, si bien no es la primera que regula algunos aspectos del uso de la IA Generativa, si es la que intenta establecer una regulación más exhaustiva y completa de la misma.
La legislación impone responsabilidades a todas aquellas empresas que utilicen IA generativa que viole las leyes estatales de protección al consumidor si no revelan que están utilizando esta tecnología.
La Ley de IA define “inteligencia artificial generativa” como “un sistema artificial que: (i) se entrena con datos; (ii) interactúa con una persona mediante comunicación de texto, audio o visual; y (iii) genera resultados no programados similares a los creados por un ser humano, con supervisión humana limitada o nula”.
En cuanto a las medidas reguladas, la ley ha decidido hacer responsables a la empresa del contenido generado por la IA, evitando que la misma pueda argumentar que fue la IA, sin supervisión, la que cometió cualquier violación de derechos o leyes de protección a los usuarios.
Así mismo, en cuanto a los deberes de transparencia, se obliga a empresas y personas físicas, siempre que utilicen IA Generativa para interactuar con un individuo en relación con actividades comerciales reguladas por la División de Protección al Consumidor de Utah, a revelar de manera clara y visible al individuo que está interactuando con una IA si lo solicita. Esta obligación no aplica a las profesiones reguladas (como profesiones médicas) en las que esta transparencia es obligatoria independientemente de si el usuario pregunta o no sobre con quién está interactuando.
Las multas por incumplimiento de estos principios pueden llegar a los 2.500 dólares.