¿Puede protegerse un estilo artístico? Debate ante los tribunales japoneses sobre Studio Ghibli y la inteligencia artificial

Desde hace algunas semanas, una nueva funcionalidad de Chat GPT ha captado la atención de usuarios a nivel mundial: la capacidad de generar imágenes que emulan el estilo visual único de Studio Ghibli. Estas creaciones, reinterpretan fotografías incorporando paisajes etéreos, paletas de colores apagadas y una estética onírica característica del estudio fundado por Haya Miyazaki, lo que ha llevado a su rápida viralización en las redes sociales. No obstante, este fenómeno ha suscitado, y con razón, preocupación en el ámbito jurídico, particularmente respecto a sus derechos de autor.
La creciente circulación de dichas imágenes, ha llevado a los tribunales japoneses a examinar si la utilización de inteligencia artificial para recrear estilos artísticos, puede constituir una infracción de derechos de propiedad intelectual, así como un posible perjuicio reputacional para Studio Ghibli.
Cabe recordar que, el propio Miyazaki manifestó su oposición al uso de la IA en el ámbito artístico, describiéndolo como “un insulto a la vida misma”. Esta declaración se realizó en un documental emitido por la televisión pública japonesa NHK de 2016. El posicionamiento del autor agrega un componente ético al debate legal que actualmente se desarrolla en Japón.
Durante una sesión reciente en la Cámara de Representantes, Hirohiko Nahakara, funcionario del Ministerio de Educación, Cultura, Deportes, Ciencia y Tecnología, explicó que los derechos de autor no protegen estilos o interpretaciones artísticas en abstracto. Sin embargo, Nahakara advirtió que, si el contenido generado por inteligencia artificial muestra una similitud sustancial con una obra protegida o depende de ella para su creación, podría considerarse una infracción del derecho de reproducción.
En este aspecto, existe una diferencia fundamental entre las jurisdicciones. Mientras que, tanto en la legislación estadounidense como la europea, se establecen que los estilos artísticos no gozan de protección per se, siendo exclusivamente protegida la obra original en su forma expresiva concreta. La normativa japonesa adopta un enfoque más estricto.
Si bien la Copyright Act (Act No. 39 de 1899) de Japón no establece explícitamente que la imitación de un estilo artístico constituya una infracción por sí misma, sí protege las expresiones creativas de una obra, excluyendo las meras ideas o conceptos. Esto significa que los derechos exclusivos del autor se extienden también a casos en los que se reproduce o imita de forma sustancial elementos distintivos de una obra, cuando dicha imitación o reproducción pueda generar confusión o implicar apropiación indebida del contenido protegido.
Uno de los aspectos más delicados del debate ante los tribunales japoneses, se centra en la utilización del nombre “Studio Ghibli” y en la apropiación de su estilo visual inconfundible (“ghiblización” de las imágenes). A diferencia de estilos artísticos más genéricos, el estilo de Studio Ghibli está estrechamente asociado a la identidad de la marca y a la figura de Hayao Miyazaki, lo que podría conferir una protección especial conforme a la normativa japonesa.
Masato Imai, miembro del Partido Democrático Constitucional japonés, advirtió: “Entiendo que ahora es legal si tan solo se copia el estilo. Pero una vez que se ha identificado con Shibli en sí mismo, se ha convertido en un problema”. Su declaración pone de relieve un aspecto clave del debate: el peligro de que las imágenes generadas por inteligencia artificial no sólo reproduzcan una estética similar, sino que llegue a identificarse como pertenecientes al universo Ghibli, generando una confusión que podría vulnerar derechos de imagen y reputación, especialmente en ausencia de autorización expresa del estudio.
La disputa en relación con estas imágenes generadas por inteligencia artificial plantea cuestiones esenciales respecto a los límites de la creación tecnológica y los derechos de los autores originales. De momento, Studio Ghibli no ha emitido una declaración oficial al respecto. Por todo ello, habrá que seguir de cerca la evolución de este proceso, ya que la resolución por parte de los tribunales japoneses podría establecer un precedente importante, tanto en Japón como a nivel internacional.