Las campañas publicitarias “verdes”, en el punto de mira de la Comisión Federal de Comercio de Estados Unidos
La Comisión Federal de Comercio de los Estados Unidos (“FTC“), entidad encargada de promover los derechos de los consumidores y la eliminación y prevención de prácticas que atenten contra la libre competencia, comunicó la semana pasada que votará “si se publica un aviso del Registro Federal que dé comienzo a una revisión regulatoria de las guías para el uso de afirmaciones de marketing ambiental, conocidas como Guías verdes“.
De acuerdo con la FTC, la revisión de las Guías Verdes se encuentra entre los asuntos actuales de la Comisión, y señaló que éstas “esbozan principios que se aplican a todas las afirmaciones de marketing ambiental, así como orientación sobre categorías específicas de afirmaciones de marketing“.
El anuncio viene precedido por la modificación realizada por la FTC sobre su plan de revisión regulatoria de los próximos diez años, comunicada el mes de julio de 2021. Cuando se notificó dicha modificación, la FTC reveló que tenía la intención de dar comienzo a la revisión de las Guías Verdes en 2022 tras revisar por última vez las pautas ecocéntricas en 2012.
El objetivo de la agencia es ayudar a los especialistas en marketing a hacer afirmaciones “veraces y no engañosas“ sobre los atributos ambientales de sus productos, la revisión de 2012 de las Guías Verdes exige, por ejemplo, que los especialistas en marketing no deben hacer afirmaciones de beneficios ambientales generales no calificadas debido a la dificultad para los especialistas en marketing para corroborar todas las interpretaciones razonables de tales afirmaciones.
A modo ejemplificativo, algunas de las “etiquetas verdes“ que adoptan las “Guías Verdes“ señalan que etiquetar un producto como “verde“ cuando éste está hecho con contenido reciclado podría ser engañoso si los costos ambientales de crear y usar el material reciclado superan los beneficios de usarlo. Asimismo, a la hora de etiquetar un producto como “biodegradable“, la FTC ordena que el producto debe descomponerse por completo y volver a la naturaleza dentro de un año para que dicho calificativo sea de aplicación.