El Parlamento Europeo ha publicado un Informe sobre el impacto del uso de los datos biométricos y su relación con el uso de Inteligencia Artificial
El Informe tiene como objetivo primordial el análisis que el uso de la biometría como forma de identificación de las personas puede tener en sus derechos fundamentales y en los principios éticos, especialmente en relación con uno de sus usos más controvertidos: el reconocimiento facial en espacios públicos.
En el estudio de este tipo de tecnologías, es de aplicación la normativa de protección de datos: en el caso de la UE, hablamos del Reglamento General de Protección de Datos (RGPD). Pero, además, también son de aplicación todas aquellas normas que se encarguen de regular el uso de la Inteligencia Artificial (IA). Recordemos que, el pasado mes de abril la Comisión Europea publicó una propuesta de reglamento para la regulación de esta tecnología (conocida como Artificial Intelligence Act o AIA).
En el AIA se pretende establecer la regulación para los distintos tipos de IA que, en relación con el tratamiento de datos biométricos, se pueden identificar algunos como el mencionado reconocimiento facial, el reconocimiento de emociones o la categorización de personas en base a estos datos.
En el Informe se estudian cuáles son las tendencias que se prevén en relación con el uso de los datos biométricos en relación con la IA, sobre todo en relación con cuáles pueden ser sus usos en un futuro no tan lejano. A continuación, se estudia de forma detallada las controversias más importantes que, ya a día de hoy, están presentes en relación con estas tecnologías y sus posibles implicaciones legales y éticas.
Finalmente, se proponen algunas soluciones que podrían amortizar los problemas que se detectan en relación con la IA y su actual falta de regulación y conocimiento general en la ciudadanía, soluciones que se basan en la observación de la transparencia en sus usos y en la regulación armónica y un constante control por parte de las autoridades.